miércoles, 4 de julio de 2007

Morocha

Te veo morocha, y veo lo que otros no ven. Lo que algunos dicen que querés ser, o pretendés ser, o parecés ser. Lo que hasta vos misma creés saber, yo lo veo bien, aunque no te conozca como debe ser. Estás a la vista, vivís en mi vida, sueño anhelando que ese beso que no fue, se convierta en realidad. Que al menos viva en mi recuerdo.
Te conozco morocha, aunque hace poco que nos conocemos. Sé quién sos, siento cómo sos. Entre ambos hay un abismo de distancia, eso lo sé muy bien. Me hacés sentir, me hacés temblar, me hacés llorar, me resquebrajo internamente cuando te veo, y vos lo sabés. Esos ojos oscuros empecinados, tratando de mostrar algo que no sos, me miran y me derriten. Vos me mirás, pero yo te veo. Vos me tocás, pero yo te siento. Vos me escuchás, pero yo te comprendo. No tenés la culpa de lo que siento, es verdad, pero a la vez sos la culpable. Sos lo que sos, y eso es lo que yo veo. Lo que sos, y no lo que parecés. Y eso es lo que anhelo. Una armadura de hierro, para una mujer sin techo. No tengas miedo de explotar morocha, que cuando lo hagas vas a ser un infierno (en el buen sentido). Te autolimitás con actitudes impuestas por una sociedad sin vuelo. Pero yo te veo, y es por eso que te espero.
Que lástima que no me veas, al menos como yo te veo.

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